viernes, 6 de noviembre de 2009

El Contrato Capítulo 13 (1º Parte)




Os merecéis un altar.

Yo tengo dos blogs. Uno es para colgar reseñas de libros -alegriazul.blogspot.com- y el otro de fics, que es éste. Uno es conocido -el anterior- y el otro casi inexistente -que vuelve a ser éste-. No por nada, es que como yo cuelgo las mismas historias en fanfiction, pues sólo tengo éste pequeño rincón para gente que no conozca la página. Además, no sé hacer botones ni nada -el otro blog fue diseñado por Glad y Reprisse-, aunque penséis lo contrario, por eso no le doy publicidad a éste blog.

Pero para mi sorpresa, últimamente Mi Friki Mundo 2.0 está siendo muy visitado -¡no me lo creo, pero es cierto!-, y me dejáis comentarios tan simpáticos y amables que, bueno, me da hasta vergüenza haceros esperar tanto. Sois geniales, todos, en especial Carol, Helena, Juliette y Nicole, que me insistís para que publique cada día prácticamente XDD. Siento tardar tanto, pero las correcciones del libro me traen de cabeza, y sólo puedo escribir éste fic entre los huecos que tengo libre. Aparte, tengo una hija a la que adoro, y ella tiene sólo dos añitos y necesita de mí, y yo de ella; por eso ahora me encantaría tener el poder de teletransportarme o alargar los días y tener tiempo para todo, ¡pero no puedo!.

Yo el capítulo trece lo tenía escrito. Lo juro, lo tenía, pero cuando lo releí para empezar el catorce... no me gustó. Lo veía muy soso, sin vida, y es por ello de que empecé a reescribirlo, añadiendo comentarios, diálogos y descripciones que me salté la primera vez por ir con prisas.

Y hoy, voy a colgar la primera parte. Son unas quince o diecisiete páginas, más o menos,y las voy a poner exclusivamente aquí. Con ello, quiero darles un premio a todos aquellos que seguís este blog, que me dejáis mensajes, pero en especial a Carol, Nicole, Helena y Juliette. Y con más cariño que a ninguna a Carol, porque me ha seguido desde que nació El Contrato, y ha estado al pie del cañón, con su tozudez para crear incluso mi club de fans XD.

Esta primera parte, es mi forma de daros las gracias a todas y cada una de vosotras. Espero que os guste tanto como a mi me encanta escribirlo -¡aunque sude horrores!- y que sigáis disfrutando cada segundo de ésta historia que, sin llegar a ser buena, os ha conquistado a todos.

Muchas gracias de nuevo.

Besos.

Shashira


Capítulo 13: Sálvame

Las puertas de esta prisión no abren para mí.
Me arrastro sobre estas manos y rodillas
Oh, intento tomarte de la mano.

Estoy aterrorizado entre estas cuatro paredes
Estas barras de hierro no pueden aprisionar mi alma
Todo lo que necesito es a ti

Ven, por favor, te estoy llamado
Y, oh, estoy gritando
Ven deprisa, que me caigo
Estoy cayendo, cayendo…

Savin Me By NickelBack


El salón del pequeño apartamento estaba a oscuras, iluminado intermitentemente a fogonazos cuando un relámpago surcaba el cielo. La lluvia en el exterior era una cortina plateada, una tela sedosa y en constante movimiento que apenas dejaba vislumbrar las formas de las farolas en la calle de en frente. Un paraguas de vivos colores apareció de la nada, amparando dos figuras que intentaban guarecerse de la tormenta en su interior sin conseguirlo. Lo siguió unos segundos, el tiempo que le tomó al paraguas desaparecer calle abajo, torciendo la esquina con rapidez mientras los zapatos de sus ocupantes chapoteaban en los charcos. Suspiró. Sus ojos enfocaron lentamente el cielo, de un morado intenso, y un relámpago tronó en la lejanía, augurando una guerra sin tregua allá en las alturas, la eterna lucha de los dioses. Entornó la mirada cuando exhaló el humo de su sexto cigarrillo, aspirando el aroma de la vainilla que impregnaba la estancia. Fumaba apoyada a medias en la ventana, observando la belleza de la tormenta, mientras la idea le rondaba una y otra vez como un cartel de neón en la cabeza.

Mañana voy a morir.

Pansy Parkinson se había imaginado muchas veces lo que pensaron sus padres en el momento de su asesinato. Cerraba los ojos mientras dibujaba el sentimiento de la ira, la confusión, la decepción, en el rostro de ellos. Ciertamente, ahora los envidiaba. Sus padres, al menos, habían disfrutado de la vida, de un amor mutuamente profesado tras un largo matrimonio y años de noviazgo. Ellos crearon una familia, la hicieron feliz durante diecisiete años, y nunca, jamás, se sintió sola hasta que ellos murieron. Fueron sumamente felices, y lo sabía, igual todos sus allegados. Pero ella, ¿qué había hecho ella en la vida?

Apagó el cigarro en un cenicero cercano y prendió otro de inmediato, sintiéndose más desvalida y angustiada que nunca. En estos años, no hizo absolutamente nada que fuera memorable. Su día a día se basaba en ir al trabajo, de compras, con sus amigas, llegar al límite de lo permitido, de lo prohibido.

Como Bill.

Se convirtió en su amante, aún sabiendo que tenía una hermosa mujer esperándole en casa, pese a que tenía tres hijas maravillosas que lo amaban con locura, incluso a expensas de destrozar una familia. No le importaba. Ahora que estaba a punto de morir, Pansy Parkinson quería ser sincera, no con los demás, sino consigo misma: Ella lo engatusó porque sabía que era un imposible, simple y llanamente. Quería acostumbrarse a ese querer furtivo, frío e inherente que no la ataba a nada, que la hacía ser libre por si algún día muriese, nadie la llorara como ella tuvo que llorar por sus padres. Renunciar a ser ella misma, una y otra y otra vez, por miedo a enamorarse de la persona equivocada, por caer rendida a los pies de alguien que le destrozara el corazón sin contemplaciones. Se encerró en la coraza de femme fatale, yéndose a la cama de cualquier tipo guapo como una depredadora para, al amanecer, despertar de nuevo siendo Pansy, esa chica Slytherin que nunca sería feliz porque le da miedo atarse a alguien que luego pueda traicionarla, volverla independiente para luego marcharse por dónde vino.

Era el momento de arrepentirse.

Con pasos lentos y aún en la oscuridad, Pansy se dirigió hacia la puerta del apartamento de Ron, giró el pomo, y empezó a descender los peldaños. Notaba el frío recorrerla desde la punta de sus pies descalzos hasta llegar a la nuca, donde los pelos se le erizaban. Llevaba un camisón largo de tirantes, en un tono azul eléctrico. Sus manos se deslizaron por el pasamanos de madera que había visto mejores tiempos, sus manos hicieron clic en la cerradura, abrió el portal desvencijado y salió a la fría noche.

Alzó el rostro al cielo para que la lluvia golpeara sus párpados cerrados, el pelo, la boca, y se metiera sin tregua por la nariz o quedara suspendida en la punta de las pestañas, como perlas mágicas. Sentía las hebras pegadas en el mentón, e hizo ademán de apartarlas para sentir con más nitidez las heladas gotas sobre su cuerpo. En pocos segundos el camisón se convirtió en su segunda piel, mientras la lluvia seguía con musicalidad su incesante tap tap tap al morir en el suelo, lleno de charcos embarrados. Tenía frío, y temblaba, pero todo en ella era ahora tranquilidad. El nudo de su garganta, ese que la había tenido muda y absorta durante el día, la dejó respirar por primera vez en horas, mientras que un calor sofocante le corría por la venas, hasta desembocar en una explosión fulminante en los párpados cerrados.

Tiró la colilla al suelo y con voz temblorosa le habló al cielo, a los relámpagos que eran testigos de su locura. Pero, sobretodo, Pansy le habló a la verdadera Pansy, a esa que había mantenido oculta:

- Yo, Alexandra Patricia Parkinson, me arrepiento de no haber sido feliz, de haber consentido que el egoísmo me ganara la batalla y dejarle hacer de mí algo que no soy. Me arrepiento de nunca haber amado, de desear lo que sabía que no me pertenecía, destrozando a mi paso una familia entera para obtener mi propio beneficio. Yo, Pansy Parkinson, me arrepiento de no haberme enamorado nunca de nadie excepto de mí, cuando muchos han sido los que me han demostrado su cariño. Pero de lo que más me arrepiento, es de no tener el suficiente tiempo para dar marcha atrás y poder redimir mis pecados, convirtiéndome así en la mujer que quiero ser y...

No pudo terminar.

No quería morir, no quería morir, ella era joven y necesitaba la vida, poder crearse a sí misma, y conocer a ese pelirrojo que ahora dormía tranquilamente dos plantas por encima suya; a ese Weasley que se reía con tebeos, dejaba la ropa tirada y se ponía los mismos calcetines tres días seguidos. Ron, que le regalaba sonrisas por las mañanas, y la llevaba de paseo por el pueblo y cocinaba de pena. Weasley provocando que cuando su brazo rozaba el suyo el corazón se parara, como el espacio-tiempo, y sólo existiera él, y su mirada, y sus pecas, y su risa. Él, que lo iba a perder antes de haberlo tenido.

Deseo… deseo…

Él. Él. Él. Él. Él.

Pero no podía, simplemente no podía.

Cayó al suelo de rodillas cuando sus piernas flaquearon, temblando, los dientes apretados, un grito ahogado en la punta de sus labios. Rabia, dolor, impotencia, decepción.

Amor.

Y por primera vez en muchos años, Alexandra Patricia Parkinson rompió a llorar.

*****************

Muéstrame lo que es
Ser el último esperando
Y enséñame la diferencia entre el bien y el mal
Y te mostraré lo que puedo ser

Dilo por mi
Dímelo
y dejaré esta vida atrás
Dime que vale la pena salvarme

Savin Me By NickelBack


Había alguien en la habitación.

Estaba tumbado de costado en la cama a oscuras y en silencio, pero a pesar de todo, supo con certeza que sus instintos no lo engañaban. Se removió un poco sobre el colchón, fingiendo tener un sueño inquieto para así poder alcanzar la varita, que estaba escondida bajo la almohada. Buscó a tientas hasta que dio con uno de los extremos, aferrándose a ella con fuerza. Meditaba sobre si saltar de la cama hacia el lado contrario de su visitante o cogerlo desprevenido yendo directamente hacia él. La primera opción le convencía, aunque tal vez la distancia jugara a favor de su atacante y saliera huyendo. Mal asunto.

En el curso de postulantes para aurores había recibido mucha teoría al respecto, y siempre se les recomendaba mantener la calma, pensar fríamente las opciones y sobretodo manejar hábilmente el factor sorpresa. Era crucial esto último, ya que no ofrecería la misma resistencia, ataque o defensa si no se esperaba el ataque. Evidentemente, conservar la calma era harina de otro costal. Nadie en su sano juicio, aunque fuera un auror consumado, podía el nerviosismo que precede cualquier emboscada.Pero a Ron le gustaba experimentarlo: La garganta seca, el corazón latiendo desenfrenado, las manos sudorosas, el frío en la espina dorsal... Todos los factores implicaban una repsuesta natural de su cuerpo, y por consiguiente, la certeza inmediata de que seguía con vida.

Y a Ron le encantaba su vida.

Volvió a removerse en la cama, ésta vez tomando la postura adecuada para abalanzarse sobre el visitante. Los músculos tensos, las piernas felxionadas. Con suerte, lo empotraría en la pared y Pansy no se habría enterado del ataque. De repente ese nombre le hizo abrir los ojos de inmediato. ¿Estaría bien? ¿La habrían agredido? Podía estar viva o muerta, y la duda sólo hizo aumentar su nerviosismo. Sintió entonces una urgente necesidad de salir escopetado de la cama e ir a ver cómo se encontraba, ignorando completamente al atacante. Claro que su sentido del deber era más fuerte, ¿verdad? No estaba del todo convencido. Inspiró aire, conservándolo en los pulmones durante tres segundos.

Vale, es ahora o nunca.

Y atacó.

No contaba con que las sábanas se le harían un revoltillo cuando se incorporó, haciéndolo caer al suelo de boca de forma estrepitosa. Mierda, mierda, mierda. Aguardó un golpe seco en la espalda, o una maldición, pero nada sucedió. Al girar la cabeza, lo único que encontró frente a él fueron unos pies descalzos llenos de barro; la mirada continuó su ascenso hasta un camisón azul eléctrico de escote profundo, y allí, iluminada por la luz de un relámpago, pudo ver los ojos azuules de Pansy Parkinson en la oscuridad.

- ¿Tú? - preguntó, levantándose del suelo. Un alivio le recorrió cuando se dio cuenta de que estaba perfectamente bien, pero pronto se vio reemplazado por el enfado. Con ayuda de su varita, encendió una vela que descansaba en la mesilla de noche y se preparó para regañarla - ¡Podías haber llamado antes de irrumpir en mi dormitorio! ¿Sabes el susto que me has dado? Pensé que eras un mortífago y... y... - se detuvo al ver que estaba mojada de pies a cabeza. El cabello negro goteaba agua en la moqueta, y el camisón estaba manchado de barro y se le pegaba peligrosamente, exhibiendo más de lo que Ron deseaba admirar para no perder la compostura, sobretodo porque él mismo estaba en calzoncillos y camiseta - ¿Qué te ha pasado?

Dio un paso hacia ella para comprobar su estado, pero Pansy retrocedió a la vez, guardando las distancias. Ron se sentó en la cama, dándole tiempo y espacio para ver si así reaccionaba. Los ojos azules de Parkinson estaban brillantes, algo enrojecidos, y aunque evitaba mirarle directamente Ron supo que había llorado. Se sujetaba los brazos ella misma, y le recordó a una niña desvalida, sola e insignificante en el mundo. Era desconcertante la forma en la que huía de él, como si le temiera.

- No voy a hacerte daño, Pansy, yo...

- Victoria y Orión.

Ron parpadeó, intentando comprender sus palabras.

- ¿Qué?

Ella alzó el mentón, mirándole de una forma extraña. No era la Pansy que conocía, esa chica fuerte, de carácter voluble y un tanto brusco. Allí solo había vulnerabilidad. Eso no encajaba para nada con ella y su personalidad.

- Una vez me preguntaste por las iniciales de mi tobillera, y aseguraste que eran de un amante - entonces abrió la mano, y dejó suspendida en el aire la fina cadena que Ron recordaba, dónde se podían ver las letras entrelazadas como serpiente - Victoria y Orión Parkinson. Son las iniciales de mis padres. - sonrió un poco, sólo un poco, como si hiciera un esfuerzo terrible por curvar la comisura de sus labios - Ya ves, estabas equivocado.

- ¿Por qué? - preguntó él, confuso - ¿Por qué no me lo dijiste? Si lo hubiese sabido, no me habría burlado de ti. Bueno, sé que soy un poco bocazas a veces, pero no era mi intención herirte ni nada - se pasó una mano por el cabello, revolviéndolo - Joder.

Pansy se encogió de hombros.

- Nunca se lo he contado a nadie. Lo considero demasiado privado.

- No quieres que te conozcan.

- No, no quiero.

- ¿Y ahora?

No le respondió. Ron observó su perfil recortado por la luz de la vela, lleno de sombras, de luz y tierra de nadie. Pansy se acercó a la cama. Ron percibió que olía a lluvia y humedad, a hierba cortada, y violetas; también a tabaco. A pesar de estar empapada, podía sentir el calor manando de ella. Sentándose junto a él, Pansy le cogió la mano y le puso en la palma la tobillera; luego, cerró sus dedos sobre ella.

- Quédatela - le dijo con un hilo de voz.

- ¡No! - exclamó Ron, un tanto abrumado - Es tuyo, tiene un significado importante para ti.

- Por eso quiero que lo tengas.

- Pero, ¿por qué?

- Porque mañana voy a morir.

No estaba llorando cuando dijo esas palabras, sino que permanecía allí, seria, con el cabello negro cayéndole sobre el rostro, evadiendo de nuevo su mirada, pero aún así decidida. Él cogió su mentón con el índice y el pulgar, obligándola a girarse.

- Mírame - le dijo, pero ella movió la cabeza, terca como siempre - Mírame, Pansy - esta vez su voz sonó autoritaria hasta para ella, así que le hizo caso - Mañana, en el partido, todo va a ir bien, ¿entiendes? Estaremos allí, Harry, Hermione, el departamento entero de aurores y cientos de personas para protegerte a ti y a los demás.

- Pero Lucius aseguró...

- Malfoy puede besarme el culo - le cortó, y ella soltó una débil carcajada - No vas a morir, Pansy, no mientras yo esté allí.

Ella apartó su mano del mentón, y suspiró un poco cansada, casi exhausta. De nuevo sus ojos eran esquivos, sin querer mirarle fijamente. ¿Asustada? se preguntó Ron, viendo cómo se retorcía las manos en el regazo.

- He hecho cosas malas, Ron, cosas muy malas. Quizá merezco lo que me está pasando.

En los días anteriores, Ron la había observado, hasta el punto de admirarla profundamente. Mientras que otra mujer en su situación hubiera tenido un ataque de histeria día sí, y día también, Pansy Parkinson se había comportando con naturalidad. Pasearon la mayoría de las tardes por el pueblo, fueron a tomar algo a la taberna de Tristan, e incluso jugaron al billar con los obreros de la fábrica de salazones. Había descubierto, así, que a Pansy no le importaba la gente y el lugar, siempre y cuando estuviera cómoda.

Y mientras meditaba sobre lo admirablemente diferente que era de otras chicas que conocía, también se dio cuenta de que era guapa, con una bonita sonrisa, y un hermosos tatuaje de una flor de lis en la cadera izquierda, que simbolizaba, según ella, uno de sus personajes literarios favoritos, una tal Madame de nosequé, protagonista de una novela llamada "Los tres Mosqueteros". También se descubrió, un día, imaginando besar ese tatuaje, y esa cadera, y esa piel blanca que se le antojaba sensual y apetecible, muy, muy apetecible. Por todo ello, no podía hacerse a la idea de que ella hubiese hecho algo en ésta vida lo suficientemente cruel como para morir de aquella forma o siquiera merecer la muerte.

- Te subestimas demasiado, Parkinson - aseguró - ¿Acaso eres un mortífago encubierto? - cuando ella lo miró alarmada, añadió - Bien, entonces, no veo nada que...

Pansy le puso los dedos en los labios para acallarlo, y ese simple roce hizo que Ron se estremeciera. Sus manos estaban frías, heladas, y las yemas palpitaban contra su piel, por el contrario caliente.

- Tú no me conoces - su voz sonó abrupta, y se fue elevando poco a poco - He estado con miles de hombres, Ron, ¡millones de hombres! Uno de ellos, incluso, es casado.

- La gente cambia – refutó – Tal vez sólo necesites un tiempo para dejar esos… hábitos.

- ¡Yo no puedo cambiar! - le gritó, poniéndose en pie. Estaba furiosa, realmente furiosa - ¡Nunca he mirado por los demás, Weasley, nunca! Siempre he sido yo, y mi mundo soy yo. No pensé, ni un instante, en esa familia que pude destrozar, en ese hombre con hijos, y esposa. Vivo el día a día sin mirar atrás, sin darme cuenta de quién o qué piso. ¿Es que no lo ves? Mi egoísmo me ha convertido en algo que no quise ser, en un monstruo, ¡un monstruo! Y ahora, es tarde para mí.

- Todos se merecen una segunda oportunidad. Si tú quieres puedes...

- ¡Es que no se trata de querer, es que no tengo tiempo! - apartó los mechones negros de sus ojos, y vio que ahora sí estaba llorando - No hay nada que desee más en esta vida que cambiar, que ser yo misma por una vez, sólo una vez, sin tener que aparentar delante del mundo. Experimentar el deseo, el amor verdadero. Tener una familia - se acercó a la cama, tomando asiento a su lado de nuevo - Tú has hecho que desee cambiar, Ron, y por eso quiero que te quedes con la tobillera.

Ron abrió la mano y miró la cadena plateada con las iniciales, luego volvió a fijarse en el rostro de Pansy, que, implorante, esperaba su respuesta.

- Quiero que me respondas una pregunta, y que seas sincera.

Pansy se secó las lágrimas, asintiendo.

- De acuerdo.

- ¿Has fingido conmigo? Estando aquí, en mi casa, ¿has interpretado un papel?

No se lo había esperado, y se removió inquieta, evadiendo su mirada nuevamente.

- Ron...

- Contéstame.

- No - y entonces pasó algo maravilloso: Pansy colocó una mano en su mejilla pecosa, regalándole una sonrisa hermosa, de esas que a él le encandilaban - Contigo he podido ser, en parte, más yo que con cualquier otra persona. Y eso que eres un completo desastre. – le dio un toque en la punta de la nariz con el dedo índice, como si fuese un niño pequeño y añadió - Si fuera posible… me gustaría que fueras mi desastre.

Ron tragó saliva, intentando comprender las palabras. Tal vez se estaba equivocando, o quizá escuchó perfectamente. Porque él pensaba que había interpretado la frase correctamente, es decir, todo lo bien que podía sin ser Hermione. Si ella estuviera allí, le hubiese pedido consejo, pero como no estaba, sólo quedaba preguntar, claro, por si las dudas.

- "Mi" es un pronombre posesivo, ¿verdad?

- Sí.

- Ah - se quedó en silencio, notando que su estómago le dio un latigazo de impaciencia, también que sus orejas ardían, mucho. – Vale. Guay. Genial.

Haciendo acopio de valor, Ron hincó una rodilla en el suelo, mientras que sobre la otra puso el pie derecho de Pansy, que guardaba silencio a la vez que seguía cada uno de sus movimientos con la sorpresa reflejada en el rostro

- Sabes, me gusta mucho ese "mi" - le decía Ron en voz muy bajita, mientras envolvía su tobillo con la cadena plateada de las iniciales. Cuando terminó, apoyó la frente en el regazo de ella, y añadió - Me gustaría que tú también fueras un "mi" para... mí.

Pansy le acarició con dulzura el cabello, y Ron notó que sus manos se sentían temblorosas.

- ¿De verdad lo quieres? - preguntó - ¿A pesar de saber que he estado con muchos hombres? ¿De mi maldad y egoísmo?

Ron irguió la cabeza, sonriente.

- Tú no eres así - le confesó, y Pansy vio cómo se multiplicaban sus pecas cuando amplió la sonrisa - No si me dejas estar contigo. El resto… puede mejorarse con el tiempo. Te ayudaré. Porque ya no habrá más hombres, excepto yo.

- Excepto tú. – le dijo Pansy, y la voz le salió rota: De nuevo lloraba - Eso me gusta.

- Bien.

Entonces, Ron se acercó a ella y con el dedo índice, recogió una lágrima de su mentón, llevándosela seguidamente a la boca. Luego, con lentitud, se incorporó y besó una de sus mejillas, junto donde resbalaba otra lágrima.

- Voy a beberme tus lágrimas – le susurró al oído, haciéndola estremecer – Voy a emborracharme con ellas, deteniéndome en todas y cada una, hasta que dejes de llorar. Y entonces será la última vez que derrames una sola gota en esta vida, Alexandra Parkinson, mientras yo esté contigo.

Pansy, sin responderle, se dejó hacer, cerrando los ojos y permitiéndose caer en esas nuevas experiencias que afloraban en su cuerpo. Notó los labios de Ron en la punta de su nariz respingona, en los párpados y de nuevo en la barbilla. Sólo abrió los ojos cuando él dejó de besarle el rostro. Cuando sus ojos azules se encontraron, él estaba muy serio, mirándola de un modo indescifrable, diferente completamente al de su hermano Bill. Era un nuevo cambio, y a ella le gustó.

Qué curioso, pensó Ron, que el destino cruce a dos personas como nosotros, cuando siempre nos hemos odiado. Primero en Hogwarts, luego en el mundo exterior. Ahora recuerdo la fiesta en ese restaurante moda como algo tan lejano, tan irrelevante… y sin embargo, fue el punto de partida de nuestra historia. Hilos transparentes que entretejieron mi vida, atándola a ella, con una hermosa trenza. Un helado, la camisa manchada, esa merienda extraña… y es que la vida, realmente, se alimenta de esos pequeños puntos de inflexión que, sin darte cuenta, casi inconscientemente, cambian el rumbo de los acontecimientos.

- ¿Qué piensas? – le preguntó Pansy, apartándole el flequillo del rostro.

- Cosas.

Y entonces, de un solo movimiento, la besó.

Ron había besado a muchas mujeres en la vida, pero apostaría su escoba a que ninguno era comparable a ese. No hubo colores, ni mareos, ni falta de respiración. Estaban tan compenetrados, que simplemente era… perfecto. Pansy sabía a tabaco, y a noches en vela. También, raramente, a moras. Sus labios, en un principio, permanecieron cerrados en respuesta, pero cuando Ron apoyó una de sus manos en el hombro, ella se envalentonó y le sujetó por la nuca, dándole la bienvenida entreabriendo la boca. La mano de la nuca le acarició el cabello, aferrándolo cuando le mordisqueó el labio inferior varias veces, mientras descendía por la barbilla hasta el cuello. Una vena latía visiblemente a un lado, y Ron le besó justo en ese punto, dejando un reguero de besos para deslizar su lengua a continuación. Se apartó unos instantes para admirar los ojos azules de Pansy, llenos de un brillo nuevo, incitante y excitante, que le invitaba a más, mucho más de lo que él hubiese esperado o imaginado.

Tragó saliva, abrumado.

- Creo que me das miedo – le confesó.

- Pues no muerdo – le advirtió ella, ladeando la cabeza – Al menos, no de momento.

Ron descendió la mirada hacia el hombro de Pansy, dónde sus dedos jugueteaban con el tirante grueso del camisón.

- Hazlo.

Después de un minuto de indecisión, lo deslizó suavemente por el brazo.

No era una súplica, sino una orden autoritaria de los labios de una mujer que se sentía deseable y deseada. Una mujer atractiva, fuerte y de incuestionable sabiduría. Una vez leyó un libro muggle, en el que decía que no había nada tan placentero como desnudar con tus propias manos el cuerpo de una chica. Nada era comparable a ello. Ni entradas para la final del mundial de quidditch, ni la mejor tarta de queso del mundo, o un juego de ajedrez milenario. Porque una mujer te pierde, se dijo Ron, te pierde y te vuelve loco, loco de atar hasta el punto de que no sabes dónde estás ni lo que haces, si esto está bien o te vas a arrepentir. Que te deja ciego de deseo, sólo anhelando verte reflejado en sus ojos, ojos azules, cristalinos, que suspiran por ti mientras te peleas con la cremallera de un estúpido camisón, mientras ella ríe y te alborota todo por dentro, muy adentro, allí dónde nadie ha podido llegar. Frío, calor, besos, sudor, lágrimas, diversión, deseo y secretos. ¿Cómo hemos acabado en la cama? ¿Dónde está mi camiseta? Y cuando por fin la tienes desnuda ante ti, sabes que has llegado al cielo, o al infierno, y que no puedes subir ni bajar más de lo que ya lo has hecho. Y es que ya no eres tú, no te controlas.

Porque tu mundo es ella.

Porque ella, mi mundo, se llama Pansy.

************
Las puertas del cielo no se abren para mí
Con estas alas rotas estoy cayendo
Y todo lo que puedo ver es a ti
Las paredes de esta ciudad no tienen amor para mi
Estoy en la cornisa de la decimoctava historia

Y, oh, grito por ti
Ven, por favor, te estoy llamado
Ven deprisa, que me caigo,
Estoy cayendo, cayendo…

Savin Me By NickelBack


PVO Hermione

Cuando era pequeña, mi madre siempre me decía que era muy lógica. Mientras los niños de mi edad se distraían jugando en la calle, yo leía a Platón; si las niñas cuchicheaban sobre un chico, yo les hacía ver que era un hecho constatado biológicamente el que desde los siete años encontráramos atractivo al sexo opuesto; si mi mejor amiga, Madda, decía que estaba enamorada, yo le aseguraba que eran simplemente sus hormonas. Siempre he sido racional e inteligente, y todo en mi vida ha estado calculado hasta el mínimo detalle, salvo mis aventuras con Harry y Ron, por supuesto. Pero guardando las distancias, hasta para eso estuve preparada, ¿o no fue que al atacar en la boda de Bill y Fleur pudimos huir y vivir clandestinamente en los bosques de media Inglaterra gracias a mi astucia?

No hay nada que me fastidie más que algo que no esté pensado de antemano. No entiendo a esas personas que viven el presente sin fijarse en el mañana, ¿cómo pueden estar tranquilos? Por eso siempre estudiaba duro en Hogwarts: Me asustaba tener que enfrentarme a un examen sin tener ni idea del tema, o sólo habiéndome aprendido los tres primeros pergaminos de apuntes. Harry asegura que soy una maniática, Ron que lo míos es locura obsesiva. Yo pienso que es precaución.

Estar preparada es algo importante, necesario, si deseo estar contenta conmigo misma. Por eso tengo una túnica asignada a cada día de la semana para ir al Ministerio, u horarios en los que evalúo mediante anotaciones mis avances o las tareas programadas. Racional, racional, racional. Yo soy racional. Una pregunta, una respuesta. Una causa, un efecto. Daños colaterales, cero.

Entonces, ¿por qué, maldita sea, no puedo dejar de pensar en Malfoy? ¿Y porqué no tengo una respuesta lógica, coherente e inteligente para ello? ¿Y porqué me siento tan horriblemente mal?

- ¿Granger?

- ¿Ah?

- Te han preguntado qué vas a pedir.

- Oh.

Miré el menú rápidamente, escondiéndome tras él para evitar que alguien notara mi sonrojo. Ya era vergonzoso el estar ahí con Malfoy, -ya sabéis, porque es simplemente Malfoy-, así que no me quería ni imaginar las consecuencias desastrosas que acarrearía el que descubriese en qué estaba pensando… o que apenas había leído el menú.

- Sopa de langosta de primero y pescado marinado de segundo –miré al camarero, que apuntaba todo servicialmente. Cuando acabó, asintió con la cabeza y me sonrió – Gracias.

Cuando se retiró hacia la barra, dejé a un lado mi servilleta y recliné mi cuerpo hacia delante, mirando a ambos lados antes de abrir la boca.

- ¿Se puede saber qué hacemos aquí?

Malfoy me miró por encima de su copa, que contenía un vino alemán rojo oscuro que yo en mi vida había escuchado, pero que debía ser bueno, ya que hasta el chico que nos atendió quedó complacido con su elección. Después de limpiarse la boca y relamerse los labios, se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho.

- Hemos venido a cenar, Granger, por si no lo recuerdas.

- No te andes por las ramas – le recriminé entre susurros, porque vi que la vieja de la mesa de al lado tenía un ojo y los dos oídos puestos en la conversación - ¿Qué pretendes trayéndome a un restaurante muggle?

Acto seguido me alzó una ceja. Odio que hagan eso en mi presencia, más que nada porque yo jamás he aprendido a hacerlo debidamente y me siento inferior. Además, en Malfoy quedaba perfecto. Demasiado perfecto.

- Imaginé que te sentirías mejor con los de tu especie.

- Eres un cerdo.

- Repítelo – me dijo, sonriendo de medio lado – Me excito cuando me insultas.

- ¡Vete al infierno!

Alzó el índice de su mano, dando vueltas con él sin dejar de observarme con desprecio.

- Por si no te has dado cuenta, Granger, ya estoy en él.

Iba a responderle, pero en ese instante el camarero llegó con mi sopa y la ensalada de espinacas de Malfoy. Le sonreí falsamente hasta que se retiró de nuevo, luego miré ceñuda a mi acompañante.

- Estamos en Dublín.

- ¿Y?

- ¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¡Por favor, no sabías ni lo que eras un McDonalds hace unas semanas, en Londres! – abarqué con mis manos el salón, atestado de gente - ¿Cómo, entonces, pretendes que me crea que un restaurante de la capital irlandesa es diferente?

Malfoy tragó y posicionó los cubiertos a ambos lados, cruzando las manos sobre la mesa. Parecía un director importante presidiendo una reunión y yo una simple becada.

- Debo recordarte, Pelo de Rata, que te encuentras aquí por una invitación de mi madre. No estás en posición de juzgar el lugar, el modo, ni el trato que recibes. Yo no estoy aquí por gusto y tú tampoco, así que termina de comer en silencio y pronto nos iremos a casa.

- Has usado un traslador ilegal – Malfoy se encogió de hombros, sin darle importancia al tema – Sabes que el Ministerio tiene prohibido el uso indebido de objetos mágicos que no obtengas por medio de una solicitud en el departamento adecuado.

- Denúnciame.

Se inclinó hacia mí, desafiante y altanero como siempre. Olía muy bien, a menta y regaliz. Tragué saliva y me aparté bruscamente, molesta por su actitud indiferente. Malfoy sufre el síndrome adolescente del “me-da-igual”, pero al parecer con todo lo referente al mundo, salvo con su madre. Terminé mi sopa en silencio, y para cuando trajeron el pescado no me apetecía estar allí, ni con Malfoy ni con cualquier persona. Me sentía extraña sabiendo que no estaba en Londres, y aún más sin considerábamos con quién iba. Miré de soslayo a Malfoy, con su camisa blanca pulcramente planchada, el chaleco gris claro y los pantalones chinos del mismo color. Estaba condenadamente guapo, pero sin duda era irremediablemente peligroso. Si me ponía a pensarlo detenidamente, estar con Malfoy se comparaba con andar continuamente en el filo del cuchillo más letal jamás habido. Si me dejaba cegar por mi atracción, pensaba en cosas extrañas, y tenía sueños extraños dónde yo me denudaba ante un espejo. En el otro bando permanecía mi cordura, tirando fuertemente de mí, gritando a los cuatro viento un ¡aléjate, pero ya! intermitentemente. ¿A qué bando me unía? ¿A qué sería fiel? ¿A mis principios, o a mí misma?

Los minutos fueron sucediéndose, y Malfoy y yo permanecíamos mudos. El camarero apareció para llevarse el pescado marinado –que apenas toqué- y traer dos tazas de café: Expreso para Malfoy, capuchino para mí.

- Estás muy callada.

- ¿Acaso quieres que te hable? – pregunté, echando un terrón de azúcar en el café.

- Por supuesto que no – dejé de remover con la cuchara. Su sonrisa burlona, como siempre, dibujada en su boca –. Simplemente me es raro que no te pongas pesada, ni hagas preguntas. Es un hecho constatado que tienes que saberlo todo en esta vida, ¿cierto?

- Me gusta planear las cosas – me defendí -. Como dice ese dicho famoso: Más vale prevenir que curar.

Malfoy apoyó los codos en la mesa, haciendo una V invertida entre el café y sus brazos, luego cruzó las manos y puso su barbilla en ella. Esta vez no sonreía, sin embargo, pero se me antojaba bastante peligroso, como un animal acechando su presa antes de matarla. De matarme.

- En la vida, Granger, es mejor arrepentirse de lo que has hecho, que estar pensando en qué hubiera pasado si te hubieses arriesgado.

- Eso es políticamente incorrecto.

- Es que yo soy políticamente incorrecto.

Nos quedamos en silencio, evaluándonos cada uno en nuestras posiciones. Yo, recta en mi silla, sin atreverme todavía a probar un sorbo de café. Él, allí, todo desenfado elegancia y rebeldía a partes iguales. Frío en sus ojos y hielo en su corazón. Draco Malfoy en estado puro, of course.

- Siempre te arriesgas, ¿verdad? – no era una pregunta, y él lo sabía, lo percibí en el brillo de sus ojos – Nunca mides las consecuencias, ni cómo afectará a otras personas tus decisiones. Eres tú, tú y luego tú.

El comentario crispó la comisura de sus labios. Uy, si el ego del maldito podía ser herido y todo.

- Al menos yo vivo mi vida, Granger, no la observo pasar a través de los demás.

- Eso es cruel.

Malfoy se rió amargamente.

- Las mentiras duelen, pero aún más las verdades.

Ya está, hasta aquí llegué. Me levanté de mi asiento como un resorte, haciéndome en el mismo movimiento con mi bolso y mi chaqueta. Cogí mi cartera, llamé al camarero y pagué la cuenta, todo ello sin apartar ni por un solo instante la mirada de Malfoy, que no decía ni hacía nada. Tienes que ser fuerte, me dije a mí misma, aguantando las ganas de llorar mientras me dirigía a la salida, tienes que darte a valer, porque tú eres alguien en éste mundo y nadie puede negarte eso, ni siquiera un estúpido rubio oxigenado, por muy rico que sea.

Salí como un vendaval del restaurante, ignorando aposta al maître que se me acercó ofreciéndose amablemente a llamar un taxi. El frío me abofeteó el rostro, y sentí que mi cuerpo se helaba al minuto ¿era verano y hacía frío en Dublín? Me arrepentí un millón de veces, sorteando transeúntes calle abajo, de no haber aceptado el ofrecimiento de Narcisa a llevar pantys. Iba a paso ligero con rumbo incierto, y más de una vez tuve que hacer grandes esfuerzos para no caer de bruces sobre el asfalto gracias a esas plataformas de infarto que sonaban como mi acelerado corazón. Harta de tropezar, opté por quitarme los zapatos y echar a correr. Pronto mi pulso se aceleró, el sudor cubrió mi frente con pequeñas perlas, y sentí un entumecimiento en mis piernas, mis pies doloridos, y una punzada en el costado. Pero no paré, no podía parar. No ahora.

¿Qué se creía Malfoy, que podía tratarme como a una cualquiera? Yo no vivía a través de nadie, yo era… simplemente Hermione, una chica correcta, inteligente y algo inocente que trabajaba en el Ministerio. Hermione Granger, que no tenía vida más allá del Ministerio y sus breves escapadas a una cafetería muggle con sus amigas para hablar de sus vidas, sus amores y desencuentros, que parloteaban como cotorras mientras ella callaba. Granger, sabelotodo donde las haya que estaba más atenta a entregar un informe para el lunes que en aceptar una cita o siquiera buscarse novio. Esa insoportable de cabello indomable a la que su novio y mejor amigo había abandonado años atrás por… ¿aburrimiento?¿Monotonía? Porque Hermione Granger era una simplona, insípida, y vivía una vida de cristal, una vida tan frágil que el aliento mentolado lleno de verdades de un narcisista como Malfoy podía quebrar.

Noté que sudaba aún más, ¿o es que llovía? Sí, estaba lloviendo, y fuerte, muy fuerte. Noté mis pies empapados pisar firmemente el asfalto, a una pareja que me gritó que estaba loca, y un hombre que me ofreció un paraguas. Pero no me importaba, tenía que escapar. Escapar de mí, de lo que era, o de la verdad. Huir de Malfoy y de los últimos días. A la mierda él si moría, si tenía que cargar con la culpa, que así fuera. Yo… yo…

Me paré en seco, recostándome contra una pared de ladrillos y con la punzada del costado latiendo a ritmo frenético. Me puse de rodillas, deslizándome lentamente por el hosco ladrillo, sin detenerme a pensar que estaba lloviendo, que hacía frío y estaba parada en un charco. Y lo vi claro, tan claro que me ahogaba y me asfixiaba, que me agobiaba y quebraba por dentro, mi alma, mi cuerpo y mi todo.

Yo, Hermione Granger, estaba huyendo de la verdad.

Y dando rienda suelta a mis sentimientos, al fin pude llorar.

**************

Pronto colgaré la segunda parte, también en exclusiva para el blog primero. Una chica me ha preguntado por el foro en un Pm en quién me baso para crear el carácter de Draco Malfoy: Esa es la causa de que Ed Westwick salga ahí. Él es mi Draco Malfoy particular, y toda la maldad que tiene es lo que le hace ser un "encanto de persona" XDD. Cuando escribo sobre Draco, la persona que viene a mi mente es Chuck Bass.

Y ya sabés, se acepta de todo menos virus.

¡Nos leemos!

11 comentarios:

  1. me dejaste con ascua pobre hermi espero que draco ya no la haga tanto sufrir, el siguiente cap xfa yap bay cuidate

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  2. Jess
    shashi nps dejas con la pica... ame este cap perfecto lo de ron awwww estuvo todo bonis , pobre hermione quierooo saber que pasaaa!!

    mell felicidades ya te recomende para que te leean mis tios son socios de una editorial y le pedi a mi tia que te lea para ver que les parece
    mis amigas tmb ya te siguen!

    besos GRAXX y sube new cap ya me acabare mis uñas de ansias

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  3. Ron & Pansy (LLLLLLLLLLLLLLLLLLLL)

    Dios tía, todos los días me paso por aquí, para ver si has actualizado y el único día que no me paso –estuve muy ocupada T_T- es el día que actualizas. Que mala suerte que tengo, cachisenlamar >.<

    Bueno, centrémonos en el capi, juasjuas :JulieSeRieSolaCualChiflada:.

    Lo primero, me ha encantado la parte de Pansy y Ron, ha sido tan… no sé explicarme… ¿Conmovedora? Si bueno, más o menos. A mí al menos me a conmovido, no me ha dejado indiferente desde luego. Dios, me mató cuando se enredó Ron en las sabanas y se cayó, fue muy bueno xDDDDDDD!
    Pansy me da pena, ha pasado su vida siendo quien no es… eso es muy triste… PERO AHORA TIENE A RON :JuliePoneCaraDeEnteradillaDeLaVida:

    Sigamos, sigamos… que más a ver….

    Draco es estúpido. Estúpido, idiota y malo. Estúpido, idiota, malo y jodidamente sexy…:JuliePoneCaraDePre-AdolescenteHormonada: pero sigue siendo malo. Y Hermione es tonta deeeeeeer’ culo. Sin más.
    La sinceridad no es mala, pero como todo, se vuelve mala si es en exceso. Las cosas se pueden decir de muchas maneras, y sin duda Draco ha escogido la peor, y todos sabemos porque –Léase “Draco es estúpido, idiota y malo”-. Pero aun así ella le ha confirmado cual es su debilidad y sinceramente, mostrarle eso a un tío que es Estúpido, idiota y malo –y seeeexy- es un error fatal. No debería de habérselas pirado así, por más daño que Draco le haya hecho con sus palabras, debería haberlo enfrentado y demostrarle que si él puede ser desagradable, ella no va a ser menos. Pero en fin… esperemos que Hermione se espabile y demuestre que tiene un par de ovarios bien puestos.

    Bueno… en resumidas cuentas, que no te quiero dar el coñazo con mis desvaríos mentales, me ha encantado. Y espero pronto esa segunda parte *-*.

    Y muuuuuuchas gracias por hacernos este regalito, eres amor en estado puro *O*.
    Y bueno… respecto a lo de “tardar” en subir, no te preocupes, entendemos –o al menos yo lo entiendo xD- que no tienes demasiado tiempo. Pero bueno, esperaremos –o al menos yo, otra vez xDDDD-. ¡Tú no te agobies!

    Un besito, Shashira.

    PD: “- Me gustaría que tú también fueras un "mi" para... mí.” Esa parte me ha ¡ENCANTADO!.
    PD2: No hagas demasiado caso a las cosas que pongo entre dos puntos ¿eh? Es una manía de hablar de mí en tercera persona y eso… :YCreoQueEsoEsParteDeAlgunTipoDeEnfermedadMentalPero…DejemoslóEnUnaManiaXDDD:

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  4. waa es qu esta muuuy bueno ayer me quede dormida en la mitad xD
    ron y pansyy awwww tan genial tan complementados
    y ahora se vien la reunion de draco con la mujer misteriosa esa del halcon o ira a buscar ala hermione ??
    aaaahh me muero por saber
    eres la mejor gracias por los saludos :)
    wii soy la secretaria del club de fans
    animos y ojala se pudieran enviar unas horas mas
    besitos.
    helena

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  5. Wooooooooo, bueno para empezar ya se quien es el chico de la foto xD

    OMG! Pansy, pensando, una vez en su vida. Eso me encantó y Ron, suuper tiernooo...Hubiera sido así con Hermione ¬¬.....jaja me gusta, me gusta la pareja Ron-Pansy y lo de las iniciales wow!

    OMG! por qué tiene que ser tan condenadamente provocador, malo, agrsivo, idiota y sexi-adorable...Draco es tan Amor-Odio que no se si lo odio o lo amo jajajajajajjaj

    Sashi cada capítulo supera a otro y eso no parece razonable, son demasiado buenos, en verdad no soy de leer muchos fics, pero este es como leer un libro de la propia JK, bueno no trataría ella temas asíi xD pero me refiero a que te enfrascas en las páginas y no o largas hasta la ultima letra ^^

    Besos!!

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  6. holaaaa
    buenos ya se que he escrito como mil veces ya pero es que me encanta leerlo
    porque cada vez descubro algo nuevo
    espero con ansias la otra parte yo se que va a estar genial !!!
    ojala pudiera regalarte mas horas en el dia
    para que alcanzaras a hacer todas las cosas que tienes que hacer :D
    espero con ansias la segunda parte
    un abrazo gigante :D

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  7. shashiraaaa!
    me estoy volviendo loca
    por favor por favor por favor
    necesito saber mas y ademas me dejaste metida con lo de Luna y Nott xD

    ese Chuck es genial y de verdad
    que entiendo porque Draco esta basado en el
    ya no veo gossip girl pero cuando lo hacia se pasaba haciendo llorar a Blair
    que rabia ojala que haya cambiado porque quiero que draco cambie
    lo se lo se idiota
    bueno ya no te canso mas xD
    debes tener muchisimas cosas que hacer entre
    la novela y los fics y los blogs y tu familia
    uff yo no podria con tantas cosas
    bueno espero que subas pronto la continuacion
    (si puedes)
    besitos

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  8. CHICAS TENGO UNA MALA NOTICIA PARA VOSOTRAS:
    PARA LAS K NO SEPAIS KIEN SOY O NO ESTEIS EN EL FORO DE ALISHEA SOY CAROL LA "PRESI" DEL CLUB DE FANS Y HE HABLADO CON SHASHIRA Y ME HA COMENTADO K ESTA EMBARAZADA DE SU SEGUNDO HIJO Y A CAUSA DEL ESTRES HA TENIDO UNOS PROBLEMAS Y EL MEDICO LE HA PROHIBIDO COGER EL ORDENADOR. ASI K TENDREMOS K ESPERAR UN POCO HASTA K ENCUENTRE A ALGUIEN O SE RECUPERE
    PACIENCIA!!
    CAROL

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  9. shashiraa todo mi apoyo y bueno
    espero de todo corazón que estes mejor pronto y que te recuperes del estress que debes tener por tantas cosas que hacer
    la verdad es que se te extraña muchisímo y nada
    besitos para tus bebes
    eres una gran persona por preocuparte por nosotros pero no deberias tienes que estar tranquila y relajarte
    no pienses en nosotras que podemos esperar

    muchos besitos y un abrazo fuerte
    helena

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  10. Hola Shashira!


    Yo soy una de las más recientes fans tuya! Y es que en verdad mujer escribes muy bien! Aunque debo decir que en un principio no me pegaba mucho eso de que Hermione fuera tipo Carry con sus amigas al estilo de Sex and the City (no me mal entiendas, me gusta la serie) y así como las otras historias que les has dado al resto de los personajes de Harry Potter pero hey! Dame ocasión para explicarme soy nueva en esto de los fics y obviamente estoy acostumbrada al mundo que creo J. K. pero ahora que ya he pasado esa etapa (uff!), he podido disfrutar muy bien de este fanfic tuyo! Porque de verdad que me ha gustado mucho, así que muchas gracias por compartir tu imaginación con nosotr@s y te ánimo para que la termines! (En especial porque creo que me arrancaría de los cabellos sino termino de leer que va a pasar con Hermione y el sexy-malo Draco, Luna y Nott y Ron y Pansy)

    Pero claro tomate tu tiempo (que nos sea mucho XD -es broma-) porque sé de tu estado actual y del cual te FELICITO con todo mi corazón! Futura mami por segunda vez! ^-^ Y sé que está de más decirlo pero cuídate muchísimo por ese angelito que viene en camino!

    Te mando un beso y un abrazo!

    Pd. Por cierto la música que tienes en tu blog es muy buena para leer! \(^Δ^)/

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  11. Ahhh amo a Chuck Bass, con razon Malfoy me resulta tan atractivo xD

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