sábado, 15 de agosto de 2009

El Contrato Capítulo 3



¡Hola!

Este capítulo está basado en la película "La boda de mi mejor amigo" y la canción que sale es la BSO de dicho film. Espero que os guste.

¡A leer!


I Say a Little Pray For You: Capitulo 3

Habían transcurrido años desde la última vez que había visto al ególatra, mimado e insípido Draco Malfoy y la verdad era que no había cambiado demasiado. Continuaba con su cabello rubio platinado impoluto, perfecto y brillante ahora sin gomina; lo que hacía que hebras sueltas se deslizaran hacia su frente, encerrando sus ojos grises en celdas de oro. Vestía de negro riguroso, salvo por la camisa de seda blanca, y sus facciones eran más duras, leves vestigios del niño que recordaba y el hombre que ya era (o parecía serlo, a saber). Eso sí, su sonrisa cínica seguía sin cambiar, única e incomparable año tras año en Hogwarts, como aquella que me dedicaba en esos instantes de medio lado.

Retrocedí unos pasos, intimidada de su repentina presencia.

- Esto no me puede estar pasando a mi - noté la mano de Pansy aferrada a mi brazo. Creo que lo hacía para que en aquellos instantes no me desvaneciera como el humo, porque si me soltaba juro que iba a desmayarme a causa de la taquicardia.

Tenía que salir de allí pero ya.

- Tranquila, Hermione… anda, respira hondo - me susurraba mi amiga al oído, conciliadora ¿pero cómo coño creía que podía estar como si nada cuando tenía frente a mí a la peor de mis pesadillas en Hogwarts? Giré mi cabeza hacia Pansy, completamente desorientada, con los ojos muy abiertos y balbuceando cosas ininteligibles. Sencillamente estaba paralizada.

- Vamos, Granger, que ya sé lo guapo que soy, pero no esperaba esa reacción tan hormonal de ti ¿qué pensaría Míster Comadreja de tus arranques de colegiala empedernida?

- ¡Draco! - rugió Pansy, con aquella mirada azul colérica dirigida a Malfoy, que permanecía impasible - No te pases más de la cuenta - dio un paso hacia el rubio con seguridad y altanería - Mira, yo te quiero, y esto hasta cierto punto me parece divertido, en serio; pero tienes ya bastantes añitos como para continuar jugando al gato y al ratón, y mucho menos con ella ¿vale?

- La estás defendiendo, Alexandra - lo dijo de forma indiferente, pero no me pasó inadvertido el tono amenazante con el que iba bordada cada una de sus palabras - No lo esperaba de ti.

- ¡No me seas estúpido! - espetó Pansy, sin dejar que la mirada colérica de Malfoy le influyera - La guerra terminó, Draco, así que olvida el pasado y vive el presente - observé con sorpresa que el aludido temblaba, por la rabia contenida, frunciendo el ceño en clara muestra de desprecio hacia mí - No pongas esa cara ¿acaso no vas a casarte? ¿No es esta tu fiesta de compromiso? Entonces disfrútala y deja que el resto lo haga también.

- Granger no está invitada - ladró con fiereza, y Pansy se cruzó de brazos, riéndose por lo bajo.

- Pero Hermione viene acompañando a Zabinni - el mago enarcó una ceja, escéptico ante la respuesta de su amiga - ¿Qué? No es mi culpa que Blaise no te comentara que sale con ella desde hace unas semanas.

Los ojos grises de Malfoy se volvieron hacia mi, fulminándome de un solo vistazo. Vale, pensaréis que soy una cobarde, pero no pude evitar tomar posiciones oculta por la espalda de Pansy ¿qué haríais vosotros en esa situación? ¡Estaba en estado de shock!

- Voy a matarlo - Mascullaba el rubio entre dientes, apretando los puños hasta dejar sus manos pálidas casi transparentes por la fuerza ejercida.

- ¿Sí? - preguntó Pansy, divertida - Pues mira, ahí viene acompañado de tu otro padrino ¿a qué esperas?

- ¡ZABINNI! - vi que Blaise se acercaba hasta nosotras flanqueado por Nott (que estaba asombrado por mi presencia y por el grito de Malfoy) riéndose de forma alegre - Creo, que hay cosas que debes explicarme

Blaise pasó por al lado de Draco sin mirarle siquiera situándose junto a mí, me cogió de la mano y estampó un sonoro beso en mi cuello desnudo, sonriendo ampliamente. Sus ojos observaron entonces al rubio, que lo miraba entre perplejo y furioso. La verdad es que la cara de Nott tampoco tenía desperdicio, para qué nos vamos a engañar.

- ¡Draco, veo que entablabas conversación con Pansy y mi querida Hermione! ¿Sabes que es mi novia? ¿No te parece fantástico?

- ¿Estás saliendo con Granger? - preguntó Nott, con aquel tono de oso cavernoso que le iba que ni pintado. Theodore Nott siempre había sido corpulento, ancho de espaldas y sonrisa misteriosa. A pesar de pertenecer a la casa Slytherin, jamás nos había molestado durante el período de Hogwarts. A mis ojos era como el ego masculino de Luna en sus años estudiantiles.

- Bueno, no es nada oficial todavía - se excusaba Blaise, sin perder un ápice de su simpatía innata - Digamos que nos estamos conociendo.

Malfoy no decía absolutamente nada (ni falta que le hacía, porque lo estaba matando a miradas, sepultándolo bajo tierra), y Nott le atendía incrédulo, con aquellos ojos oscuros que tanto imponían fijos en mi “novio“. Zabinni observó a uno y a otro respectivamente, y luego les dio unas palmaditas en la espalda conciliador, cosa que el rubio intentó evitar a toda costa sosteniendo su mano con violencia. Zabinni lo pasó por alto y habló.

- Vamos, sé lo que estáis pensando ¿qué hace un chico tan sexy como yo con una sabelotodo como Granger?

- ¡Blaise, no hables de mi como si no existiera! - le di un pequeño empujón, con el ceño fruncido y echando chispas por los ojos - ¡Al menos me debes respeto, digo yo!

- Ella tiene razón - me apoyó Nott, aún mirándome suspicaz. Su cabello negro brillante bajo la tenue luz de las hadas - Te recomiendo tratarla mejor, Zabinni. Además no es fea, sino todo lo contrario. Yo querría salir con Granger.

- Theo, eso lo dices porque no tienes gusto alguno - siseó Malfoy, cruzándose de brazos reprobatoriamente.

- ¿Lo ves, Malfoy? ¡todos adoran a Granger excepto tú! - exclamó Zabinni, alzando las manos y señalándome - ¡Pon una sabelotodo en tu vida, si ya lo decía mi madre!

Me sentí azorada por completo, y noté al instante como mis mejillas se tornaban rosáceas. ¡Por Merlín que Zabinni iba a pagare ésta y con creces! Pansy se interpuso entre los chicos y yo, sujetándome de una mano antes de darme tiempo a pronunciar unas sonoras maldiciones dirigidas en esencia hacia mi “novio“.

- Bien, pues como ya está todo aclarado, creo que voy a ver si el camarero puede conseguirnos otras copas.

Y con paso decidido se dirigió a la barra llevándome a rastras, dejando a los chicos atrás y la peor mirada de desprecio de Draco Malfoy hacia una servidora. Estaba ya lejos cuando escuché la voz atronadora de Malfoy insultando una y otra vez a Blaise, sin que nadie hiciera nada por evitarlo.

Uff, nada puede ir peor ¿o sí?

****

- Todo esto es culpa tuya. Todavía no me explico cómo Zabinni pudo organizar algo tan… no sé… tan mío, quizás.

- Sí

- Mira que Luna te avisó, y Ginny.

- Ya.

- Joder, Granger ¿ahora puede tu mente privilegiada hablarme de otro modo que no sean monosílabos? ¡Me aburro si sólo pienso yo!

Pansy estaba acodada en la barra, con una copa de whisky de fuego en la mano y un cigarro en la otra, consumiéndose lentamente entre sus dedos. En el suelo había ya dos colillas. De esta postura, aún dejaba más a la vista sus sinuosas caderas y su cuerpo voluptuoso.

Vale, ahora que ya estábamos a salvo, era hora de poner las cartas sobre la esa y dejar las cosas claritas como el agua. Bebí mi copa de champán de un solo golpe, bajo la atenta mirada azulada de Parkinson, concentrada en mi hacer. Le hice señas al camarero y me trajo otra copa con la misma bebida, la cual engullí como si la vida dependiera de ello.

- Vaya, pues sí que te ha sentado mal reencontrarte con Draco ¿eh? Parece que hubieras visto un vampiro o el peor boggart del mundo - exhaló humo y sonrió de medio lado cuando Wood pasó por nuestro lado, supuse que analizando futuras posibilidades con mi amiga.

- ¿Sabías algo de esto? - siseé, deseando descargar toda mi frustración a gritos contra mi amiga. Se puso el dedo índice en la barbilla, alzando su mirada al techo y encogiéndose de hombros.

- Hombre, algo deduje, no me subestimes ¿pero que se liara todo este embrollo? ¡Ni en mis mejores sueños! No puedo negar que se trata de la mejor festa de compromiso a la que he asistido.

Bufé varias veces, y luego miré a un lado y a otro sin saber exactamente qué mierda hacer. Estaba totalmente perdida entre aquel mar de gente, mezcla de aurores, mostífagos y periodistas de prensa rosa y amarilla (Skeeter no nos quitaba ojo de encima, la muy víbora).

- Si es que ya sabía yo que esto no podía ser tan perfecto ¡Blaise me tendió una trampa el muy hijo de… de… bah! - aparté un mechón rebelde de mi cara, con enfado y furia - Maldita sea, estoy de mierda hasta el cuello.

- Oye Hermione, sé que es duro entenderlo, pero Malfoy en el fondo no es malo - lo observó de lejos, gesticulando frente a Zabinni con cara de pocos amigos y el ceño fruncido. Nott a su lado intentaba calmarlo, sin conseguirlo - Aunque muy, muy en el fondo.

- Definitivamente hoy no es mi día - refunfuñé por lo bajo, distraída y un poco mareada, ya sentía en mi estómago el cosquilleo del alcohol recorriéndome poco a poco - Primero el huevo de Harry, luego el reencuentro con mi peor enemigo ¿qué más me queda por ver esta noche?

- ¿Hermione? - alcé la vista de mi copa, y vi los cabellos pelirrojos que eran de sobra conocidos, unos ojos azules que me miraban con sorpresa y las pecas revoloteando alrededor de su nariz larga y afilada.

No, por mucho que me pese, a mi me tenían que haber echado un mal de ojo encima fijo.

- ¿Ron? ¿Qué haces aquí?

Mierda, mierda, mierda.

Si cuando algo empieza mal, tiene que acabar peor

- Pues vine a traer fuegos artificiales que encargaron a George ¿y tú?- su voz no ayudaba a calmar mis nervios, miré de reojo a Pansy para que me echara una mano como fuera, pero ya.

- Ey, Weasley, ¿te apetece una copa? - preguntó, captando la atención de mi amigo.

- ¿Me hablas a mí?

- Sí.

- ¿Pero tú no eres Parkinson, la chica con cara de perro que nos odiaba en Hogwarts?

- Ajá, ¿y tú no eres aquel estúpido pelo-zanahoria-cabeza-hueca que no ha visto una túnica decente en su vida?

Se quedaron en silencio sosteniéndose las miradas. Mis ojos iban de uno a otro, como en un partido de tenis. Uff, pero qué tensión se masticaba en el ambiente, anda que no. Ron sabía a la perfección de mi amistad con Pansy, pero supongo que nunca esperó algo más cordial que un educado “Hola” por parte de ella, mucho menos que lo insultara de ese modo tan… bueno, tan Parkinson.

Cogí a Ron por el brazo, acercándolo a la barra y pidiendo una copa de la bebida más fuerte que tuvieran. Sus ojos azules analizaron la bebida y luego me observaron, con un deje de asombro y suspicacia.

- ¿Desde cuando te dedicas a tomar alcohol? Pensaba que lo odiabas.

- Ah, sí, pero eso era antes de verme inmersa en ésta fiesta - respondí con tristeza, dando vueltas a la aceituna de mi copa nueva.

No tenía ni pizca de ganas (ni fuerzas) de contarle a Ron que aquel despilfarro de galeones era por la fiesta de compromiso de Malfoy, aunque teniendo en cuenta que él traía los fuegos, supuse que al menos lo habría deducido por la extravagante mezcla de gente que se habían reunido. La verdad es que ahora mi mente no trabajaba como la fría calculadora que era normalmente, sobretodo porque de lo único que tenía ganas era de estrechar hasta la asfixia el cuello de cierto Slytherin homosexual. Fue el carraspeo de Ron lo que me devolvió a la realidad.

- Ejem, Hermione, ¿me estás escuchando?

- ¿Qué? - parpadeé varias veces, enfocando a mi amigo con dificultad. Por fin el alcohol estaba haciendo daños colaterales, porque no atendía a nada ni a nadie.

- Te preguntaba si sabes quién organizó la fiesta - miró a Pansy de reojo, que estaba distraída encendiendo otro pitillo, y la señaló con el pulgar antes de murmurarme - No entiendo cómo podéis ser tan amigas ¡si en Hogwarts la odiabas!

- Si ella pudo perdonarte el que la dejaras, Señor Zanahoria, ¿por qué no iba a hacerlo también conmigo? - replicó mi amiga, que lo observaba desafiante, exhalando humo una y otra vez con elegancia - Al menos yo no la hice llorar por meses encerrada en su habitación.

- ¡Mira que soy un…!

- ¡Basta! - rugí con fiereza, antes de que alguno de ellos sacara la varita para echarle una maldición imperdonable al otro - ¿Es que nunca vais a dejar de medir vuestras fuerzas? ¡Parecéis unos críos!

Ron frunció el ceño, y las pecas de su rostro se multiplicaron de forma asombrosa. Pansy desvió la mirada azul hacia el otro lado de la barra, bufando despectivamente pero obedeciendo mi demanda. Era ya la guinda del pastel, que ahora dos de mis mejores amigos estuvieran en pie de guerra cuando yo los necesitaba a mi lado más que nunca. Ron bebió un último trago que hizo tintinear los hielos contra el cristal, le lanzó una mirada fulminante a Pansy y me dio un beso en la mejilla, acariciando los mechones sueltos de mi cabello.

- Me voy. Mañana hablamos sin… interrupciones.

- Está bien - acepté, y lo dejé irse entre el tumulto de los invitados.

Me volví hacia mi amiga, que apoyaba la barbilla en una de sus manos acodada en la barra, y miraba al vacío, con el ceño levemente fruncido (era lo máximo que ella se permitía) y los labios en un rictus de disgusto. Me recordó muchísimo a McGonagall, era la misma mueca de enfado que la profesora dibujaba antes de quitar puntos a diestro y siniestro a pleno pulmón.

- En serio, Hermione, espero que al menos fuese bueno en la cama, porque si su cerebro estuviera a la venta yo no daría ni un mísero knut por él.

- No seas mala - le gruñí, recodando momento enterrado en mi memoria que espanté de una sacudida. Ahora no, me dije, resuelta a continuar con el hilo de la conversación - Yo… no es que Ron sea así de tonto (solo a veces, de verdad), simplemente es muy protector con lo que quiere.

- Ya - Parkinson parecía absorta en sus propias cavilaciones, y segundos más tarde asintió de forma distraída - Nunca me contaste por qué te dejó

Me encogí de hombros, esta vez agaché la mirada y sonreí con añoranza, melancolía y cariño, sobretodo cariño. Después de todo, a Ron lo continuaba considerando mi mejor amigo junto con Harry a pesar de que nuestra ruptura nos había distanciado un poco.

- La verdad es que hoy en día todavía me lo pregunto, él nunca me dio ninguna explicación que me pareciera válida. Solo dijo que ya no sentía lo mismo, y yo lo dejé ir.

- ¿Alguna vez te arrepientes? - ladeé la cabeza, sopesando los pro y los contra de aquella pregunta. Muchas veces, al amparo de mi apartamento y en soledad, yo también me formulaba esa cuestión una y otra vez, pero siempre llegaba a la misma conclusión.

- Supongo que confundimos el amor de amigos con algo más. Nos queremos, pero no nos amamos.

- No entiendo la diferencia - confesó Pansy, liando su dedo índice en la punta de su cabello. A veces me encantaría saber qué se cuece en ese cerebro suyo tan misterioso - Suena bastante mal, pero nunca me he enamorado.

- Yo creí estarlo - confesé, observando de nuevo el tumulto de gente con la esperanza vana de ver el rostro pecoso de Ron entre ellos - Pero supongo que aún no he experimentado el amor de verdad.

Nos quedamos en silencio un momento y nos sonreímos mutuamente. Creo que se trataba del mayor instante de entendimiento entre mi amiga Slytherin y yo. Bebimos en silencio unos sorbos de aquella bebida, y entonces escuché susurros procedentes de los invitados a mi alrededor, y vi que la cara de Pansy se tornaba pálida, luego verde, y finalmente amarilla ¿qué le ocurría?. Sus ojos azules se abrían desmesuradamente, sin poder creer lo que estaba ocurriendo.

- Hermione.

- ¿Si?

- Mira, no quiero que te asustes, pero creo que deberías ver eso - señaló hacia mi espalda, y al volverme pude comprobar que, por mucho que me propusiera mantener la calma frente a la situación, mi “novio” siempre volvía a sacarme de mis casillas.

Habían instalado (más bien invocado) una tarima con varios músicos en medio del jardín, a pocos metros de nosotras. Encima de ella y con una sonrisa radiante de felicidad estaba Blaise Zabinni, que se había apuntado con su varita a su garganta para que todos le pudieran oír. A su lado se encontraba Theodore Nott, que peleaba por afinar un bajo por encima de las exclamaciones y gritos de admiración con una púa plateada.

- A ver… - comenzó a decir Blaise, haciendo señas al público allí reunido - ¿Me escucháis, chicos? - todos prorrumpieron en un ferviente sí, y él hizo un gesto para calmarlos - Bien. Quiero dedicarle esta canción a una persona que hay entre el público: una chica inteligente, pero sobretodo admirada por mí y la comunidad mágica, por la que luchó años atrás - alzó su varita, hizo una floritura con ella y disparada como una bala salió un haz de luz cegadora que me enfocó directamente. Creí morirme en el acto - Mi novia, la señorita Hermione Granger.

Me llevé una mano a la frente, abatida, rabiosa y sobretodo con instintos homicidas bullendo en mi sangre, corriendo por mis venas desenfrenadamente. Sopesé las posibilidades que tenía de hacer algo en contra de Blaise, pero definitivamente aquello no estaba dentro de mis planes con tantos ojos fijos en una servidora (¿quién iba a imaginarse algo así en su sano juicio?), y no se me ocurría nada de nada que le hiciera cerrar el pico en esos instantes.

Escuché en la lejanía como los invitados estallaron en vítores y aplausos, los click -clack de las cámaras de fotos de “El profeta” y “Corazón de Bruja” (reconocí a Rita Skeeter y su estúpida pluma de pacotilla escribiendo apresuradamente en el aire, la muy estúpida), deleitándose por la noticia que mañana seguro se publicaría en la sección de sociedad, eclipsando incluso el casamiento de nuestro rubio Slytherin.

También, en esos instante, pude sentir un cosquilleo familiar en la nuca, que no experimentaba desde mis años en Hogwarts. Al girarme observé como Draco Malfoy, apoyado en el tronco de un árbol, asistía a aquella muestra de amor expectante, con una sonrisa cínica en los labios que parecía impresa con tinta imborrable, toda ella dedicada a mi persona, para variar.

Sus ojos inescrutables fijos en los míos, esperando ver mi reacción ante la actuación. Bien, desde luego no iba a darle el gusto, así que con fingido entusiasmo saludé alrededor y le dediqué un sonrisa a Blaise, que me la devolvió desde el escenario mágico.

.- Joder, Granger, ¡esto va a ser memorable! - exclamó Pansy, animando como si de una quinceañera se tratara a Blaise y a Nott, que parecían divertidos por la situación - Cuando regrese a casa, voy a meter este recuerdo en una botella y guardarla bajo llave, maldiciones y demás para verla en el pensadero de vez en cuando.

Poco a poco los aplausos se fueron apagando, el foco finamente se desvaneció, y las primeras notas musicales comenzaron a sonar en el mismo instante en el que Pansy rompió a reír a mi lado, entusiasmada como el resto de los invitados.

- From the moment I wake up…

¡Por Merlín! ¡Se trataba de la canción de Aretha Franklin “I say a little pray for you” ¿no podría haber escogido otra para destrozar? Aunque bueno, había que admitir que a Blaise eso de cantar no se le daba nada mal. La cabezas de los invitado se movían de n lado a otro, siguiendo las notas.

- Before a put on my make-up.

Lo que yo no esperaba en esos instantes, es que todo el salón comenzara a corear la susodicha canción del mito musical. Uff, eso era una pesadilla.

- ¡I SAY A LITTLE PRAY FOR YOU!

¿Dónde mierda estaban esos magos estirados del Ministerio y los mortífagos que intimidaban? ¿Cómo es que la voz de Blaise, melodiosa como pocas, podía causar ese efecto entre la comunidad mágica?

Todos tarareaban la canción, incluso Pansy, que se había agarrado a un colorado Dean Thomas y no lo soltaba ni aunque su vida dependiera de ello. De repente el gentío se abrió en bandas, y la pareja formada por Millicent Bulstrode y Cormac McLaggen comenzaron a bailar desenfrenadamente, riendo al mismo son que las notas musicales que despuntaban de las cuerdas del bajo gracias a Nott y el resto de los acompañantes. Otras parejas se atrevieron a bailar, y pronto se hizo una pista de baile en medi deljardín. Sonaron palmas, gritos de nuevo, y pude comprobar como incluso el Ministro de Magia daba rienda suelta a su alegría cantando junto al resto de músicos e invitados:

Forever and ever, you'll stay in my heart
And I will love you.
Forever and ever, we never will part.
Oh, how I love you.
Together, forever, that's how it must be.
To live without you
Would only mean heartbreak for me.

Observé a mi alrededor, y todos estaban felices, enormemente extasiados, y disfrutando cada segundo de aquella ingeniosa actuación. Me quedé petrificada en mi sitio, admirando el poder de la música. Me parecía imposible, pero una canción, solo una (y encima de una muggle) había hecho que mortífagos, aurores, Slytherins, Griffyndors y demás casas de Hogwarts se unieran unos con otros, fusionándose sin que se acordaran siquiera de sus antaño rencores, odios… o de que mañana aquello seguramente ( me apostaría a que sí mi puesto en el Ministerio, anda que no) saldría en todos los periódicos y revistas del mundo mágico. Si Voldemort levantara la cabeza…

- ¡Hermione, anímate! - me gritaba Pansy al oído, pero yo negué con la cabeza y le sonreí, para que se quedara tranquila y continuara con su contoneo junto a Dean Thomas.

Noté de nuevo ese cosquilleo en la nuca, y me removí inquieta en mi sitio. Observé una vez más a mi alrededor, y todos se lo estaban pasando bien en aquella fiesta. Todos, salvo Draco Malfoy, que por mucho que me pesara e incomodara, mantenía su eterna mirada gris impenetrable fija en mí.

Aquella sería una noche para recordar.

Pero os juro que Zabinni me las pagaría de una u otra forma.

*********************************************************************

Espero que no os haya defraudado ^^.

No hay comentarios:

Publicar un comentario