sábado, 15 de agosto de 2009

El Contrato Capítulo 6


Miss Universo: Capítulo 6


PVO (Punto de Vista) Draco Malfoy

Cuando Blaise dijo que tenía novia no imaginé ni por un segundo que sería la tediosa, simple y sangresucia de Hermione Granger. La parte femenina -¿femenina?- del trío dorado parecía no haber cambiado nada en absoluto, salvo por sus dientes enormes. La cabeza tiesa, el mentón altivo, porte orgulloso de niña “porque yo lo valgo”, pelo similar al de un caniche con un mal día… Joder, ni siquiera esa voz chillona y estridente se había tornado suave y sensual como la de Pansy o Astoria ¿y qué coño hacía enseñando esas piernas, es que no se daba cuenta de que tenían tanta gracia como un palo de escoba con túnica?

Lo que más me jode es que no puedo comportarme igual que en Hogwarts, porque aunque suene extraño hasta cierto punto debo ser recatado -y repito, hasta cierto punto- con ella y mis aristocráticos pensamientos ¿por qué? Bueno, eso es fácil de comentar, aunque en varios puntos:

Primero. Aunque odio tener que admitirlo, el queridísimo San Potter me cubrió las espaldas en el juicio para condenarme una temporada a Azkaban a mí y a mi madre. No sólo declaró a mi favor, sino que también consiguió que me arrebataran un tercio de mis posesiones. Visto de otro modo, el cabrón se podría haber esmerado un poco más, ya que estamos.

Segundo. Después de la caída del Señor Tenebroso, la fama de los Malfoy se vio seriamente dañada, así como la mayoría de las familias de sangre pura. Pero si Granger “miss sabelotodo” hace amistad con mi grupo mi figura social va recobrando poco a poco y a buen ritmo su estatus de “Rey Supremo“. Yo no sé si realmente Zabinni está con ella por amor o por intereses… aunque me juego mi palacete en Venecia a que es lo segundo.

Tercero. Si Granger se reúne con nosotros, Alec Greengrass dará finalmente el contrato de nuestro compromiso por válido y ese maldito calvo con pintas de troll disecado me obsequiará un buen pellizco de su fortuna y más de las mitad de las acciones de su empresa de cosmética mágica, convirtiendo así mi imperio financiero en una masa indestructible le pese a quién le pese.

Por último y no por ello menos importante. Tener un cierto roce con Granger hará que la comadreja pelirroja hierva de celos y odio hacia su amiga y mi persona, cosa que, ya que lo recuerdo, me agrada bastante, pues hacía años que no practicaba mi deporte favorito: Ser Slyhterin hasta la muerte.

Pero tener que soportar a la mojigata de Granger no solo requiere cierto dominio mental por mi parte, sino mucha fuerza de voluntad. Sí, voluntad ¿a que suena mal? Vosotros es que no sabéis lo que es tener a esa sangresucia a tu lado, querer pasar el pañuelo por tu hombro cada vez que te roza, encerrarla en una urna y que no comparta mi aire. Lo sé, soy cruel, pero si yo no tengo problema con ello menos vosotros que me estáis escuchando ¿verdad?

- Ya estamos llegando - murmuró dos pasos por delante, enlazando la mano de Blaise mientras le sonríe con esos dientes retocados ¿en serio cree que la escuchamos?

Si pudiese sentir pena por ella la sentiría… Rectifico, sentiría pena por Zabinni, porque habrá que ver a esa en la cama. Ya me la imagino alzando la mano en medio del orgasmo: “Las relaciones sexuales se llevan a cabo tanto en seres racionales como irracio… irracio…uy, ya” Por Morgana, que estar con Granger tiene que ser como tener una biblioteca susurrándote al oído continuamente, y así nadie se concentra. Fijo que la comadreja usaba hechizos silenciadores.

- Es mandona por naturaleza, pero es muy buena amiga, Draco, aunque pienses lo contrario - Pansy estaba a mi lado, con aquel vestido ceñido que me hacía lamentarme una y otra vez de practicar la monogamia - Deberías darle una oportunidad.

- En Hogwarts no la soportabas - le dije, y ella se encogió de hombros sonriendo como una niña diabólica.

- Yo tampoco era precisamente agradable, tienes que admitirlo - convino, echando elegantemente su melena negra y sedosa hacia atrás - Pero las circunstancias de la vida te hacen cambiar las perspectivas.

- Sí, pero no las lealtades - repliqué, y ella me dedicó una ceja alzada, escéptica ante mi respuesta.

- Te recuerdo que eras partidario del Señor Tenebroso, Draco, incluso tienes tatuada la marca - me levantó la chaqueta, luego la camisa, y pasó sus dedos finos por ella como si con el gesto pudiera borrarla - Tú también cambiaste de bando.

No supe qué contestar a eso. Por una parte, era cierto que había formado filas alrededor de lord Voldermot, pero en el fondo me daba igual tanto una cosa como la otra. Yo en aquel entonces tenía dieciséis años, y no entendía nada de lo que ocurría en mi entorno. Era más cobarde, por ello lo único que ambicionaba en la vida era salvar mi pellejo a toda costa, y si aparte me proporcionaba cierto poder, pues mira, bienvenido fuese. Con eso no quiero excusarme de mis pecados, que sé que cometí varios - y graves- sino que, hasta cierto punto, me hubiese dado igual estar en las filas de Dumbledore si hubiese sabido que en un futuro San Potter cara rajada ganaría la maldita guerra. Mi única aspiración en la vida era sobrevivir.

Pero yo sabía a dónde quería llegar Pansy, claro que lo sabía ¡ja! Eran demasiados años compartiendo clase, cama e intimidades como para que me engañara. Ella deseaba en el fondo, que tal y como yo había cambiado de bando en el pasado me olvidara de que Granger era una sangresucia, resquicio de la inmundicia y sabelotodo para comenzar de cero y fomentar una amistad con ella. Evidentemente, no era tan sencillo.

Lucius, mi padre, me había educado desde niño con unos ideales y unos códigos de conducta que en mi cerebro eran imborrables: Cuánto más tengas, más debes ganar; un Malfoy siempre consigue lo que quiere y nunca te juntes con un sangresucia. ¿Cómo cambiar entonces mis pequeñas pautas a seguir?

Nací odiando a los hijos de muggles, en mi infancia escuchaba una y otra vez frases hirientes hacia ellos tales como “somos superiores” o “si esos indeseables no existieran seríamos los amos del mundo”; ahora que ya era un adulto apenas oía susurros a mis espaldas -como ese tal David Gable, un mago de sangre pura íntimo de Bulstrode- cada vez que uno de ellos pasaba por mi lado en los largos pasillos del Ministerio, temiendo que alguien se hiciera eco de esa animadversión. Bueno, no los culpaba de ello, después de todo ahora reinaba la paz gracias en parte a una pequeña colaboración de un sangresucia ¿quién en su sano juicio se enfrentaría a alguien como Granger cuándo todo el mundo mágico le debía la vida?.

Observé detenidamente su cuerpo flacucho sin curvas, los toscos andares y esos pies que la tambaleaban de un lado a otro debido a sus altos zapatos. Joder ¿a quién quería engañar? ¡Granger no sería nunca una dama como Astoria! Mi prometida tenía todo lo que una mujer podía desear en la vida: Belleza, dinero y maldad. La sangre sucia lo único de valor que conservaba era su cerebro, tan protegido con ese nido de pájaros que tenía en su cabeza, por mucho que intentara disimularlo con ese gel de ondas perfectas… y me jugaba el cuello a que Pansy tenía algo que ver con ese cambio.

- Tus silencios hablan más que tú, Malfoy - susurró a mi oído Pansy, rozándome con sus labios el lóbulo de la oreja - Cuando callas significa que algo maligno está ocupando tu mente privilegiada.

Me giré y vi una sonrisa resplandeciendo en ese rostro en forma de corazón, sus ojos azules brillando bajo la luz de la luna. Resoplé con fastidio; a veces la confianza daba asco.

- No sé qué pudo ver Blaise en ella para que cayera en sus redes - su sonrisa se borró al instante, sustituyéndola un ceño fruncido.

- Aunque Zabinni es un narcisista redomado, ha demostrado que su única neurona aún trabaja de forma correcta… de vez en cuando - alzó una de sus manos, dejando relucir un anillo enorme en tonos ambarinos - ¡Draco, asume lo evidente! ¡Ellos están juntos! Lo único que puedes hacer ahora es resignarte.

La fulminé con la mirada.

- Yo nunca me rindo…

- … mientras algo esté en juego - terminó la frase que años atrás mi padre había pronunciado en innumerables ocasiones - Eres un cabezota.

- Joder, Pansy, ¿en serio crees que me trago que él vio en Granger algo interesante? Ni con un obliviate, te lo prometo.

- Pues hoy está guapa - repuso, ¿y era yo el cabezota? - No puedes negarlo.

Sí, estaba guapa con un kilo y medio de maquillaje y tres botes de ondas perfectas en su felpuda cabellera, pensé con rabia. De todos modos no era la única, al fin y al cabo la belleza de Astoria tan solo se hacía visible con una cantidad exagerada de cosméticos, pociones y maquillajes que superaba con creces la de Granger. Desvié la vista, intentando aparentar indiferencia.

- Ni con un hechizo aturdidor - respondí finalmente; para mi sorpresa, ella rompió a reír descontroladamente.

- Eres un orgulloso, Draco, pero me conformo con que al menos admitiste que te fijaste por un pequeño instante en ella.

- ¡Yo no dije tal cosa! - exclamé furioso, notando la vena de mi sien palpitar peligrosamente. Pansy se encogió de hombros, resuelta y risueña de repente.

- Traduzco entre líneas - fui a replicar cuando un enorme edificio pintado en rosa chicle llamó mi atención.

Mi alma cayó al suelo cuando leí en un letrero luminoso con mariposas de purpurinas a los lados “Fangoria”. En la entrada unos chicos gritaban y chillaban exageradamente con voz de pito, dando palmaditas de regocijo; automáticamente sus ojos nos interceptaron y parecían brillar como los de una jauría de hambrientos gigantes.

- Huelo carne fresca, chicas - anunció uno de los hombres por encima del hombro al resto, relamiéndose de placer. Uno iba disfrazado de mujer, y el otro solo vestía una camisa roja a juego con un tanga de igual color. Joder, ¿de dónde salieron esos muggles? Pantalones ceñidos de cuero, la purpurina que brillaba en el pecho desnudo y en sus pestañas postizas de un azul eléctrico, plataformas de charol...

Ah, un momento.

Tardé dos segundos en reaccionar.

- ¡GRANGER!

Esa zorra se había pasado de la raya.

***

- ¿Porqué me siento como un saco de comida para hipogrifos? - preguntó Theo tragando saliva. El tonto ese parecía no darse cuenta del asunto, bastante probable teniendo en cuenta que continuamente andaba entre sueños.

Granger tenía una sonrisa de lado a lado de la cara, tan resplandeciente y malvada que se podía comparar a las fabricadas por Astoria o Daphne. Pansy a su lado estaba muda, aunque pude comprobar que disfrutaba de nuestras caras de asombro cuando soltó una risita que ahogó rápidamente en una tos. No podía creerlo ¡la loca sangresucia nos había traído a un club gay! ¿En qué coño estaba pensando? Blaise retrocedió unos pasos, escondiendo algo tras su espalda.

- Yo no entro ahí - sentenció Zabinni, negando insistentemente con la cabeza; sus ojos azules se volvieron hacia Granger en una silenciosa súplica. Sacó entonces lo que tenía escondido y tuve que controlarme con todas mis fuerza para no lanzarle ahí mismo un Avada - ¡Esas víboras querrán hacerse con mi Barbie Fantasy! ¡Y es mía!

Por Agripa, a veces era tan mujer que me daba miedo. Me acerqué en dos zancadas hasta Zabinni y le cogí amenazadoramente por el cuello de la camisa.

- Olvida la estúpida muñeca muggle, Blaise, ellos seguro que tienen toda la colección - le dije, y él pareció tranquilizarse. Busqué los ojos de Granger que seguían risueños, disfrutando ávidamente de su venganza contra nosotros y lo que le hicimos pasar en Hogwarts - ¡Tú… no… sabes… quién soy yo…!

- Tranquilo, rubito - terció uno de los chicos de la entrada, el que iba con un tanga rojo a juego con la camisa - No te haremos nada malo, hueles tanto a “hetero” que apestas.

- Sí -afirmó el otro, haciendo brillar la purpurina de su pecho - Tú aquí eres como un bombón para un diabético: Se mira, pero no se come.

- ¡Granger! - bramé, alejándome todo lo que pude de aquellos muggles tan extraños - ¡Sácanos de aquí, ahora!

- No te enfades, Draco - me consoló Nott, chasqueando la lengua y señalando a los esperpentos - Te llaman “hetero” porque no saben que eres un sangre pura.

Todos los muggles disfrazados parecían haber llegado al clímax a la vez, porque comenzaron a chillar y saltar como posesos, parecía que regalaran galeones por doquier.

- ¡Chicas, que es un sangre pura! - gritó de nuevo el del tanga, eufórico - ¡Nuestro primer heterosexual… y es virgen!

- ¡¿Qué?! - exploté, sintiendo que la rabia acudía a mi cara.

- ¡Virgen, virgen, virgen! - corearon al unísono, y entonces se juntaron como si fueran a cantar y tararearon - ¡Like a Virgin…!

- Pero qué injusta que es la vida - se quejó Zabinni, y lo miré con extrema gratitud; al menos uno de mis amigos iba a enfrentarse a esos por mí - ¿Por qué siempre tienes que llevarte el protagonismo? ¡Yo también soy un sangre pura! - me enseñó a su muñeca rubia, al borde del colapso - ¡Y tengo una Barbie! ¡Me merezco ser el Virgen de la fiesta!

Estaban extasiadas con la escenita montada por nosotros.

- ¡Blaise este no es el lugar indicado para dar a conocer tus celos! - le grité, zarandeándolo con violencia, miré a mi amiga, en busca de ayuda - ¡Pansy, haz algo!

La aludida dio unos pasos, sonriendo con vehemencia mientras ponía calma entre ambos bandos.

- Chicas, chicas… no lo asustéis - se interpuso entre los gays y yo, haciendo ahínco en su tono meloso que denotaba cierta diversión que no se me escapó - Nuestro Draco es vergonzoso, tratadlo con cariño ¿si? Es su primera experiencia por este otro lado de la acera.

Genial, aquello lo mejoraba, sin duda.

- Like a Virgin… - tararearon una última vez, y luego entraron en el club con un TAP TAP resonando en la calle desierta con cada paso de sus taconazos de charol.

- ¿Nos dejarán pasar? - preguntó Nott, observando la puerta del pub y luego su conjunto hecho a medida - Si llego a saber que celebran una fiesta de carnaval podría haber venido con algo más apropiado… - se rascó la nuca, reflexivo - Aunque creo que no tengo nada parecido a esa ropa muggle que llevan ¿de dónde la sacan? ¿podemos ir a comprarla?

Me había propuesto a mí mismo conservar la calma, hacer gala de mi autocontrol y cumplir con mi promesa de parecer un chico bueno de cara al mundo mágico, pero Granger había colapsado por completo todas mis reservas de sangre fría. La rata de biblioteca me tenía en el punto de mira, eso estaba claro, y quería verme mordiendo el polvo a toda costa ¿y a quién tenía yo de mi lado? A un Slytherin preocupado porque su pequeña muñeca recién adquirida no sufriera un acoso y derribo y a otro que parecía estar en la quinta luna de Júpiter. En serio, a veces relacionarse con sangres puras no te sirve para nada.

- Haremos el intento de pasar - puse una mueca de asco que Pansy captó al instante - Vamos, Draco ¡ya los escuchaste! No van a hacerte nada… - se encogió de hombros, resuelta - Eres el virgen mas quejica del mundo.

Al entrar había un hall lleno de espejos, donde una muchacha amablemente nos marcó con una cosa que nos dibujó en el dorso de la mano una sirena con un serio problema de cabello indomable. No sé por qué me recordó a Doña Preguntitas Granger.

- ¡Joder, me ha tatuado! ¡Ni el Señor Tenebroso lo había conseguido! - exclamó Theo consternado. Pansy cogió con firmeza al chico por la muñeca, pasando un dedo por la marca.

- Es tinta, se puede borrar al terminar la noche - explicó - Los muggles lo utilizan por si tienes que salir del local.

- ¡Qué ingenioso! - felicitó Blaise a la muchacha que nos puso la marca, dándole palmaditas en la espalda - Creo que no me ducharé en varios días.

- Sin comentarios - sentenció Pansy, empujándonos a tropel para entrar por unas puertas de hierro maciza antes de que estropearan más la velada.

Nunca lo admitiría en público, pero he de decir a favor de los muggles gays que tienen bastante estilo eligiendo el pub de reunión. Fangoria no era un cuchitril del tres al cuarto como me imaginaba, nada de eso.

La sala era inmensa y circular; en el lado derecho había una barra donde decenas de muggles pedían bebidas; a la izquierda todo estaba lleno de mesas bajas de madera oscura, y puffs esparcidos por el suelo, todos ocupados. De una de las paredes salía una cascada que hacía un ruido sereno al descender sobre rocas superpuestas, donde una figura extraña parecía meditar.

Al fondo había una enorme mampara transparente con un par de puertas laterales que permitían el acceso a la zona de baile.; ésta estaba tenuemente iluminada por rayos verdes enturbiado por una densa humareda, a través de ella se podía distinguir a muggles bailando desenfrenadamente, a veces una de las puertas se abría, y de ella salía en intervalos de segundos unas notas musicales y luego reinaba otra vez el silencio. Realmente fascinante.

- Vaya, esto es increíble - susurró Zabinni, pegando la nariz en la enorme mampara transparente - ¿Cómo hacéis para que no se escuche la música?

- Son cristales con un ancho especial que insonoriza la sala - comentó la sangresucia, como siempre solícita ante cualquier pregunta, lo único que le faltaba era alzar la mano y esos botes que la asemejaban a un conejo desgreñado - Los pubs muggles lo utilizan mucho.

De repente la muchedumbre paró en seco sus bailes y meneos; todos giraron hacia el fondo de la sala donde un hombre ataviado como una mujer y lleno de plumas sostenía un palo y hablaba a los oyentes, que prorrumpieron en aplausos.

- ¿Qué ha dicho? - preguntó Nott, bastante intrigado.

- Oh, nada interesante - intervino Pansy, observando a Theo con malicia - Ha comentado que hay magos en la sala.

- ¡Por las barbas de Salazar! - Blaise estaba pálido y daba saltitos de urgencia - ¿Y ahora qué hacemos? La ley del Secreto de los Magos impuesto en…

- ¡Era una broma, marsupial! - aclaró Pansy, cruzándose de brazos ante tanto cerebro hueco; bueno, no la culpaba - ¡Los cristales son insonorizados, Zabinni, ya te lo dijo Hermione!

- Claro - terció Theo, alzando su dedo índice - ¿Puedo pedir un cubata?

- ¡Yo también quiero uno! - se volvió a entusiasmar Blaise, dispuesto a irse a la barra tan rápido como una Saeta de fuego en sus mejores tiempos. Se paró un segundo, pareciendo meditar - ¿Qué es un cubata?

- El jugo de la inhibición - se mofó Pansy, dándole un codazo a la sabelotodo.

- Pide uno doble para Granger - repliqué, mientras observaba de reojo a dos chicas cuchicheando y señalándome con descaro.

Ah, maldita monogamia.

- No le hagas caso - le susurraba Pansy a la sangresucia lo bastante alto como para que todos los presentes la escucháramos - Es que no soporta que su trasero esté en el punto de mira.

La fulminé de un solo vistazo antes de que se fuera derechita a la barra, pero aún así no hice comentario alguno ¿la causa? Bueno, Pansy sabía tanto sobre mí que hasta miedo me daba abrir la boca; era mi mejor amiga, y la amante más increíble que tuve en la vida… aunque esa chica de Ravenclaw… no, la secretaria del Departamento de Misterios… ¿Cómo se llamaba? ¿Peggy, Becky? Bah, no importa.

- Tiene ovarios ¿eh? - dijo Theo, observando a Pansy acodada en la barra; su vestido marcaba cada una de sus curvas - Otra simplemente te habría ignorado, como hacemos nosotros casi siempre - lo miré de reojo, alzando una ceja - En fin… que tampoco es todos los días.

- Ya.

Pansy volvió con las bebidas, las cuales mantenía a duras penas entre sus brazos. Granger a su lado parecía contrariada ante la sonrisa resplandeciente de su amiga, la mojigata parecía al borde del colapso.

- Barbie Fantasy, Ninja Scroll - señaló dos copas con la cabeza, Nott y Blaise las cogieron con vehemencia - Draco, ésta es tuya - me tendió una copa con liquido dorado, diferente a las demás, para entonces la sabelotodo estaba pálida como un fantasma. Interrogué a Pansy con la mirada, pero ella añadió sin inmutarse - Te pedí algo más fuerte porque sé que bebes con mas frecuencia que nosotros.

Me bebí la mitad del potingue de un solo trago, y a los pocos segundos di cuenta del resto. Realmente estaba delicioso, y tal y como explicó Pansy a eso sí que se le podía llamar el jugo de la inhibición. Sentí unos cosquilleos que ascendía desde la punta de los pies hasta la garganta y sonreí por primera vez en toda la noche. Vaya, ahora sí que me sentía vivo, espectacular, único e inimitable.

Todos se quedaron mirándome -salvo Pansy, que parecía apunto de un orgasmo cósmico- , pero me importaba una mierda ¡joder, estaba en una discoteca, quería bailar! ¡el cuerpo me lo pedía! Cogí a Nott de un brazo y lo arrastré literalmente hasta la puerta de la mampara Puse una mano en el picaporte y la giré a la vez que le decía a Theo que me entusiasmaba el lugar.

- Draco ¿estás bien?

- ¡Estupendamente! - declaré, y lo zarandeé una vez más, haciendo que su bebida cayera al piso - ¡No te preocupes, te voy por otra!

Hice el intento de irme, pero Theo me lo impidió.

- ¿Seguro que no te ocurre nada? - inquirió de nuevo, pero yo negué con la cabeza.

- ¿Entramos? - me volví hacia Blaise, Pansy y Granger, que parecía estupefactos - ¡Eh, vosotros, venid a menear esos flácidos traseros!

Y me metí de lleno en la sala atestada de gays.

- ¡Hola, cariño! - grité al chico del tanga rojo que minutos antes me había encontrado en la puerta y me dirigí a la pista de baile dispuesto a pasármelo como nunca en mi vida.

****

PVO Hermione:

- Te advertí que podía ser contraproducente - regañé a Pansy, que observaba por la mampara de cristal el corro que Malfoy había organizado por toda la pista de baile - La poción de la Euforia fue un golpe bajo.

- Lo sé - admitió Pansy, tamborileando con los dedos en el cristal - ¡Pero qué mente tan privilegiada que tengo! Oye, a veces me admiro de lo inteligente que soy ¿eh?

- ¡Esto es serio Alexandra! - inquirí, espantada al ver que Malfoy estaba entusiasmado gesticulando frente al micrófono del escenario - ¡Oh, Merlin, hay que detenerlo! El libro reglamentario de pociones avanzadas indicaba que unos de los efectos secundarios er…

- ¡Oh, Granger, no seas aguafiestas! - se quejó Pansy, frunciendo el ceño, pero al ver mi rostro cedió Vale, vale, ya lo paro ¿contenta?

Y la seguí rumbo al escenario de la discoteca.

*****

PVO Draco:

Like a virgin

Touched for the very first time

Like a virgin

When your heart beats

Next to mine.

- ¡VAMOS, TODOS JUNTOS! - grité al público allí congregado, que parecían tan entusiasmados como yo. Nott y Blaise salieron de detrás del escenario, ataviados con plumas y pantalones en un tono rosa chicle de terciopelo. Unos chales oscilaban a la vez que sus movimientos, y vi a sus respectivos muñecos danzando junto a ellos - ¡OH, AQUÍ MI CORO LLENO DE GLAMOUR!

Un grito de histeria resonó en toda la sala. Viré de nuevo hacia la muchedumbre, y pude distinguir a Granger con Pansy a lo lejos, parecían discutir

- ¡MIS CHICAS FAVORITAS! - Las señalé con el dedo y de inmediato un haz de luz las iluminó - AHÍ TENÉIS A LA SEÑORITA PANSY PARKINSON, MI MEJOR AMIGA Y AMANTE! - prorrumpieron en aplausos y la aludida saludó lanzando besos al aire - ¡AH! ¡LA OTRA CHICA ES GRANGER ALIAS PELO DE RATA, QUE HOY PARECE POR FIN UNA MUJER MEDIANAMENTE DECENTE! - de nuevo más aplausos - VAMOS GRANGER, SALUDA COMO PANSY ¡NO SEAS TÍMIDA, MOJIGATA! ESO ES…

Vaya, realmente ese palo era increíblemente bueno, porque me estaba convirtiendo sin mucho esfuerzo en el rey de la fiesta. Theo se acercó a mí con su Ninja Scroll en la mano y saludó al público, a los cuales lo único que les faltaba era arrodillarse ante nuestro show. La presentadora llena de plumas que antes habíamos visualizado tras la mampara subió los escalones del entarimado y se acercó a nosotros con tres ramos de flores y tres diademas que brillaban bajos los rayos verdes.

- ¡Felicidades, habéis sido coronados por unanimidad Misses Universos de Fangoria! - anunció por el micro, y nos hicieron entregas de las diademas y las flores.

- ¡Oh, esto es tan repentino! - exclamó Blaise, fingiendo que lloraba desconsoladamente. Nos hicieron entrega de las diademas, y los tres las lucimos con orgullo Slyherin.

Pansy y Granger habían aparecido justo debajo del escenario y nos hacían señas para que nos acercáramos mientras gritaban una y otra vez que bajáramos y nos comportáramos decentemente.

- ¡Pero si esto es divertidísimo! -apuntó Theo, pasándome una boa de plumas moradas por el cuello - ¡Soy Miss Universo, por fin se hace justicia!

*****

PVO Hermione

Vale, aquello era totalmente inverosímil. Draco estaba en el escenario haciendo una burda imitación de Madonna, mientras Nott y Zabinni hacían las veces de Pimpinela, discutiendo por quién manejaba mejor los chales y las plumas que llevaban como adorno alrededor de sus cuellos.

- ¡Ay, Morgana! - reía Pansy a mi lado, llorando descontroladamente - ¡Esto no tiene desperdicio!

- No tiene gracia - le espeté, dándole un empujón para que guardara la compostura. Les hice de nuevo señas para que bajaran del escenario, pero estaban ensimismados observando con brillo en los ojos sus respectivas diademas de mises. Bien, si Mahoma no va a la montaña, ésta irá a busca a Mahoma. Agarré a Pansy por el Brazo, y la guié hasta un lado del escenario.

- ¿A… donde… vamos…? - preguntó entrecortadamente, entre hipidos, pero no le respondí. Subí los escalones rápidamente, situándome justo al lado de Malfoy.

- Vamos, a casa - les insté, y los tres chicos refunfuñaron - ¡NO me miréis de ese modo! ¡Habéis armado una gorda! - señalé a Pansy, molesta - ¡Y tú más que nadie!

De repente e vi envuelta en plumas morada, y cuando alcé la vista Malfoy estaba a dos centímetros de mí, sonriente, altivo e inusitadamente feliz.

- Pero qué rata de biblioteca más extraña eres, Granger.

Y sin venir a cuento, me besó.

Por supuesto, le di un bofetón.

Y el público finalmente calló.

******

Espero que os guste ^^.

Como siempre, imagen extraída de google.

¡Nos leemos

2 comentarios:

  1. Shashiii que bueno está tu nuevo blog! ^^
    Gracias por el cap! hace días que lo esperaba...como bien sabrás que me encanta esta historia ;) mmm...ese subconsciente que salio a flote de Draco me gusta me gusta xD
    y me encanta Draco ya lo dije mil veces pero no importa jaja
    Besos ^^

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  2. Shashi lo que me rei con este capi me gusto,y porsupuesto, el BESO ja ja aunq termino en bofetada!! espero el proximo un besito♥

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